viernes, 26 de mayo de 2006

La Generación perdida (parte II)

Como venía cronicando, pasaron muchas cosas en los 90´. Miles emigraron buscando una alternativa, en mi opinión individualista, aunque no me voy a poner a juzgar. Lo que sí dejo en claro es que creo que nuestros antepasados vinieron a estas tierras en búsqueda de un sueño y en procura de construir un país para sus hijos, y me parece que no es loable irse cuando la situación se torna desfavorable; creo que hay que pelear por un lugar mejor, por una sociedad más justa, por un país para todos. O me van a decir que todo el mundo tiene dinero para comprar un pasaje, sacar un pasaporte y llevar ahorros a otro lado...
Retomando. Nuestra generación, la generación perdida, sufrió y sufre deseos no cumplidos, expectativas no alcanzadas, sueños truncados, frustraciones múltiples. Salimos a buscar nuestro destino y las astas de los enormes molinos nos golpearon en lo más profundo de las convicciones. Cuando hablo de los 90´por su puesto lo hago extensivo al nuevo milenio. No cambió todo, en realidad cambió poco. El boom sojero parece ocultar la basura, pero sigue existiendo, y la pestilencia se manifiesta de diversos modos.
¿Que nos queda en este panorama tan desalentador? Algo tiene que quedar, tampoco me voy a poner tan negativo o melodramático. Como nuestra generación sabe sufrir, y es lo primero que hay que saber, "después amar, después partir y al fin andar sin pensamientos...." (gran estrofa de Homero Expósito), nos acostumbramos a lo duro. Tenemos que aprovechar el efecto rebote, pensando en que nos tocó una época difícil, pero que quedándonos y luchándo, colectiva e individualmente (sobre todo colectivamente) podemos salir adelante. Si algo bueno adquirimos en estos tiempos, es la capacidad de reclamar, de revelarnos, de ser contestatarios.
Podría escribir mucho más y no terminaría nunca de englobar el fenómeno en cuestión, por varias razones, pero sobre todo porque es una etapa que aún no terminó, que se manifiesta a diario, evoluciona, involuciona, que tiene un principio más o menos ubicable, pero un final que estamos escribiendo todos nosotros y que puede tener múltiples descenlaces, dependiendo de las circunstancias de tiempo, lugar y oportunidad. Como algunos de mis libros preferidos: "Elige tu propia aventura".
Éxitos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por la acertada descripción. Me identifico con todo lo que decis