El Corazón sobre todo

Estaba pensando si este Blog debiera contener expresiones del tipo futbolísticas, que están intrínsecamente contenidas en las emociones y sentimientos de los hinchas, y repecto de las cuales pueden surgir ofensas o afecciones morales. Pero bueno, decidí que sí.
Esta entrada se titula: "El corazón sobre todo". El nombre no me lo inventé yo, surge de una canción de una gran banda de La Plata llamada "Estelares" (ampliamente recomendada por quien escribe); el final de la canción recita "Resulta que no sé si podré librarme de esta... Resulta que no sé si podré sanarme de esta... Curarme de esta, sanarme de esta, curarme de esta." Yendo al punto, me pareció atinado dedicarle un capítulo a mi querido Club Atlético Alianza (y como éste es mi blog...), aquel que me albergó de niño, aquel que me enseñó a jugar en equipo, a compartir con mis compañeros, a esforzarme por objetivos que si bien pocas veces se cumplían (no se puede salir campeón siempre) valía la pena el esfuerzo, porque disfrutábamos haciéndolo. Mi querido club me llevó de viaje, me alimentó, me instruyó, me dió alegrías, me dio tristezas, me dió entrañables amigos, me formó física e intelectualmente.
Tal vez lo más importante que me dió, y supongo que todos los que pasamos por él sentimos lo mismo, es la posibilidad de experimentar un sentimiento tan fuerte y tan arraigado que a veces nos duele, que por más intentos que hagamos no lo podemos explicar racionalmente, simplemente porque NO TODO TIENE EXPLICACION RACIONAL. Por eso es que digo "El corazón sobre todo", porque pasan los años, ya no estoy físicamente en el lugar donde he nacido y me he criado, pero resulta que no puedo sanarme de ésta, curarme de esta racionalmente inexplicable emoción que genera ver mis amados colores rojos y blancos. A veces tengo la fortuna de concurrir a ver el equipo jugar y me invade una honda congoja que remonta a esas épocas de gloria, de amarguras, de felicidad, de insolente rabia de juventud, de irresponsabilidades. Recuerdo a mis amigos de entonces, los veo ahora, con la misma pasión de siempre. Les dedico estas palabras a ellos, que luchan cada día por algo que no les va a dar dinero ni fama, pero sí felicidad, y les agradezco porque gracias al trabajo que Uds. realizan, cada tanto, cuando voy de visita, me permiten reexperimentar las más hermosas sensaciones.
Saludos y éxitos en su cometido.