El dueño de la pelota

Hoy, después de varios días de iniciado el blog, voy a analizar un poco al raro personaje que nos ha tocado como líder político del país. Se dedica esta entrada al impresentable presidente Néstor Kirchner, personaje digno de análisis si los hay. ¿!Me van a decir que cada vez que lo ven reunido con presidentes de otros países o en algún acto no les da un poquito de vergüenza tener un presidente con esa pinta de cualquier cosa¡?
¿Por qué digo "el dueño de la pelota"? Cuando veo el actuar muchas veces desordenadamente prepotente y caprichoso del presidente, recuerdo a ese personaje (en mi caso de pueblo, tal vez otros lo hayan conocido en ciudades) tan particular, que tenía algo que todos necesitábamos y que lo hacía valer como fuente de derechos: "El dueño de la Pelota". Aquel que llevaba el ansiado balón a la canchita, para que dos equipos puedan disputar el esperado partido de la hora de la siesta.
Generalmente (hay excepciones que confirman la regla), el dueño de la pelota es árbitro, quiere jugar de 10, patea los penales, los tiros libres, sale gambeteando, no se la toca a nadie. Ojo, no vayan a trabarlo o a hacerle un foul... Si el dueño de la pelota se enoja, se la lleva y no juega nadie más, así que no es conveniente hacer ni decir nada que no le guste. Él decide cuánto dura el partido, y suele utilizar las más creativas tretas para jugar los partidos más largos, o para jugar más de uno.
Creo que es una comparación que tiene algo de sustento, si no lo creen así, revisen el historial de Kirchner, y vean donde están los que atinaron a contradecirlo. Obviamente tuvieron que salir del partido por decisión "técnica". ¡Si hasta tiene su propia barra brava (piqueteros "oficialistas" al servicio patoteril)!
Ahora bien, el impresentable de Kirchner no es el único de su tipo. Hay muchos ejemplares propietarios de balones en América Latina, como el gran Hugo, por supuesto Fidel o Evo, entre otros. La diferencia es que esos dueños de pelota patean penales y los meten, saben gambetear, todos queremos que jueguen en nuestro equipo. Se la juegan un poco más por el equipo, ponen la cara como los capitanes que son. En definitiva, dicen y hacen, podemos no estar de acuerdo con sus decisiones tácticas, pero no podemos reprocharles, como al impresentable, que nos diga que haremos una jugada preparada, y después termine pateando siempre directo al arco (!encima la tira afuera¡).
¿Tendremos que juntar un poco de dinero y comprarnos un pelota nueva? Seguro que después nos van a querer quitar la canchita, ja. Una vez alguien me dijo, "los poderosos se mueven impunemente siempre... si son alcanzados por la justicia significa que perdieron el poder". Mientras la pelota sea sólo de uno, él va a ser el poderoso, tarea nuestra es evitarlo.
Éxitos.