viernes, 5 de junio de 2009

Pobre niño rico

A pesar de estar en la mitad de la vida, jamás tuvo responsabilidades importantes que afrontar. Para mí, la aparición de las obligaciones, compromisos, cuentas a pagar, cumplimientos, etc. marca el momento en que se supera la etapa de la niñez y adolescencia. En consecuencia, quienes no están acostumbrados a luchar por las cosas nunca superan la inmadurez.
El de referencia es un típico caso de heredero de fortuna, que necesita refugiarse en un papel de incomprendido e insatisfecho para justificar su insignificante paso mundano. Típico pseudo rebelde que se va a hacer la gran “bohemia” en algún rincón del planeta, sin olvidar su extensión de tarjeta de crédito. Pasa años durmiendo de día y catando el sabor agridulce de los químicos que lo hacen fantasear con una vida colmada de espiritualidad. Todo hasta que las imposiciones sociales ganan la batalla y encara algunos proyectos comerciales de relativo éxito (garantizado desde el vamos), en los que las pérdidas son solventadas con aportes personales. De todas formas, lo importante no es el negocio sino sentir una pizca de superioridad sobre quienes están a su cargo, escuchando sus estupideces y haciéndole creer que es un buen tipo. La paradoja de intentar comprar en terceros autoestima.
Si a alguien le cabe el traje, que se lo mida, aunque esta prenda está hecha a medida, personalmente destinada a un pobre niño rico que piensa que todo está a la venta.

lunes, 19 de enero de 2009

Poesía Homenaje

Esta letra es de la banda VASTAGOS. Editada en el disco "Va a sangrar" e interpretada por el gran Alejandro Sokol, ícono de la más gloriosa historia del rock nacional y perdida irreparable.

Siempre hay

Que harás cuando llegue la noche
y el frío entre en vos,
huirás por las calles corriendo
o le harás frente al dolor.

Cuando tu vida se va cayendo
y no depende de vos,
a tus preguntas responde en silencio
diciendo que hay un camino por seguir.

Tu corazón te va a guiar,
solo con tu mente puedes viajar,
aunque no encuentres tu lugar
siempre hay un mas allá.

Cuando la muerte te rodea
o cuando la pensas,
quien podrá sacarte esa idea
si es la realidad.

Y sentirás que arden las venas
mirando alrededor,
y tu grito se irá en la noche
buscando un destino de libertad.

Tu corazón te va a guiar,
solo con tu mente puedes viajar,
aunque no encuentres tu lugar
siempre hay un mas allá.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Los Pelícanos de Chorrillos

Chorrillos es un distrito peruano, pegado a Lima. Es rara la organización política de la capital peruana. En vez de haber barrios, hay distritos. Cada uno de ellos es independiente del otro y ofrece distintos atractivos y posibilidades, conforme a la estructura social que lo conforma. Caminé una mañana por Chorrillos, que es un distrito que recorre parte de la costa del pacífico, buscando un pequeño puerto de pescadores que me habían recomendado. Llegué en taxi, previa negociación de la tarifa, pues en Perú se arregla antes de viajar, dependiendo mucho de la voluntad del chofer y de la portación de cara del pasajero.

El puerto consistía en un pequeño mercado de pescados variados, donde los humildes pescadores liquidaban sus resultados con las redes. Los lenguados eran la estrella, pero podían apreciarse cangrejos, berberechos, bagres de mar, peces sapo, y otros tantos que no recuerdo. Había también algunos restaurantes donde degusté auténtico ceviche peruano que, excepto por un incendiario ají llamado rocoto, me resultó excepcional. Además de lo pintoresco del lugar, un hecho me llamó la atención. Los vendedores de pescado no desechaban las partes de pescado que extraían al limpiar, sino que las vendían a los turistas para que alimenten a un gran número de pelícanos ávidos de deleite.

El espectáculo era llamativo. Las aves se alborotaban, subiéndose unas sobre otras para tratar de primerear los tarascones. Las personas amagaban tirar el alimento y las cabezas se balanceaban al ritmo del bocado. Disfrutaban observando el actuar de los pelícanos, sobre todo cuando los engañaban, simulando el lanzamiento. Gestaban sonrisas sarcásticas, experimentando una especie de poder relativo que duraba unos segundos. Como el César lanzando panes a la muchedumbre romana. Tuve en ese momento una pequeña visión.

Los seres vivos, desde su concepción, desarrollan mecanismos que les permiten sobrevivir y desarrollar su vida. El mecanismo de succión de un mamífero hace que pueda alimentarse de su madre y no morir de hambre. Una planta, crece en altura para captar el sol y a su vez lo hace en profundidad para afianzarse y absorber agua; a mayor sequía mayor profundidad. Al crecer, un pelícano, al igual que un cormorán, gaviota, cóndor, etc. aprende técnicas de pesca o caza, con el claro objetivo de subsistir. ¿Qué ocurría con estos pájaros marinos que conocí en Chorrillos? Los humanos le suministraban alimento y no tenían necesidad de procurarlo por su cuenta. ¿Qué pasaría si un día dejaran de alimentarlos? Depende. Los viejos pelícanos tal vez cazaron alguna vez y vuelvan a intentarlo, con posibles fracasos como resultado, pues se desacostumbraron o perdieron su agilidad. Los jóvenes, que nacieron bajo el sistema de beneficencia, no tendrían chances, pues ignoran el proceso de conseguir pescado por sus propios medios. Comenzarían a hurgar entre los restos de los restaurantes, les robarían algunas piezas a los vendedores del mercado, pelearían entre ellos por los botines conseguidos. Las personas los verían con malos ojos y adoptarían sistemas de defensa, serían perseguidos, por su puesto, hablando a escala. Reprocharían conductas que ellas mismas contribuyeron a desarrollar.

Pues, es inevitable comparar con lo que nos pasa a los seres humanos…

lunes, 1 de septiembre de 2008

El perfecto infeliz

Técnicamente, ser mediocre significa ser del medio, ni malo ni bueno. Si fuera futbolista sería como jugar para un seis todos los partidos, los cronistas dirían que cumplió. Ni muy bueno ni muy malo. Probablemente no gozaría de gloria pero tendría un tranquilo pasar en un equipo de media tabla, cada tanto un fanático le pediría un autógrafo y él, tímido por la falta de costumbre, accedería con una pequeña sonrisa avergonzada.
Mi amigo odiaba eso. Se esforzaba para estar a la altura de los mejores. Sentía que ser uno más restaba sentido a la existencia. Entonces debía tratar de sobresalir en cualquier situación, decir algo interesante, hacer una crítica difícil de ser percatada, adelantarse a acontecimientos o conductas en demostración de perspicacia y cosas por el estilo.
Podía argumentar irrefutablemente cualquier posición, aunque la misma espante a los receptores. Esta característica fascinaba a quien recién lo conocía, pero a la vez hartaba a quien habitualmente compartía espacios y tiempo con él. El mejunje de cinismo, egolatría, narcisismo, despotismo y chauvinismo era muy difícil de digerir para terceros. Él lo sabía y le provocaba una gran angustia, mas a pesar del gran esfuerzo que hacía para al menos morigerar su actitud, constantemente recaía en su alquitranosa visión.
Una vez hablé con él y traté de entender qué provocaba este accionar. Entre otras cosas me dijo que la felicidad es para los inconcientes, categoría en la cual no se incluía. Repetía que para lograr llegar a un estado parecido al feliz, las personas deben cumplir con tres amores fundamentales: amar el lugar donde viven, a la persona con quien comparten su vida y el trabajo o profesión que tienen. Su estanque le quedó chico y emigró a una ciudad con la cual no sentía ninguna conexión. Sus relaciones fracasaban, una tras otra; era un coleccionista de ex novias. Su trabajo… digamos que no colmaba sus anhelos vocacionales.
Cómo decía, traté de entenderlo y me di cuenta de que al estudiar a una persona, solemos cometer el error de basar el análisis en nuestra forma de ser y pensar, por lo cual, si alguien es muy distinto a nosotros, podemos caer en la incomprensión. Lo que sigue a la incomprensión, muchas veces, es la intolerancia.
En consecuencia, al analizarlo desde su propia cabeza, me di cuenta de que era alguien sensible, insatisfecho, con mucho miedo al fracaso, con deseos de estar donde quisiera estar, con quien quisiera estar y haciendo lo que le gustaría hacer. Fue como ver salir de una enorme armadura de acero a un pequeño y debilucho ser. Me generó ternura y un poco de tristeza a la vez.
Cada tanto nos vemos y charlamos de algunas cosas, negocios, fútbol y mujeres sobre todo. Lo mismo que debatimos casi todos los hombres.

lunes, 25 de agosto de 2008

Ciclos


Amarillos, verdes, tostados, así se observan los soleados paisajes pampeanos en épocas otoñales e invernales. Año tras año el ciclo natural se cumple con relativa exactitud, abstraído en su realidad vegetal, sin comprensión de los debates, esperanzas y miserias tejidas alrededor de sus ansiados frutos.

jueves, 31 de julio de 2008

Extremidades

El sentido de las cosas. Interrogante que desvela a pensadores, intriga a cuestionadores y desinteresa a gran parte de las masas. Él se encontraba en la etapa de las cuestiones. Algunos están tan entretenidos con asuntos de la superficie que jamás excavan, ni siquiera centímetros, en búsqueda de profundidad. Él necesitaba algo más, algo que lo sacuda, que lo motive, que le dé esperanzas, anhelos, alegrías, sufrimientos. En definitiva, algún chispazo que lo haga sentir vivo, pues no se sentía en ese estado. Tomó su decisión y jaqueó a todos al punto del mate. Cayeron el rey y la reina con un solo movimiento, claro que el sacrificio fue irreparable para todos, incluso para mí.

Dedicado a J.I.P. Ojalá que exista otra vida y encuentres en ella las respuestas.

lunes, 23 de junio de 2008

El consuelo

Los momentos felices vuelan, son efímeros, se transforman en recuerdos a los que se echa mano en situaciones de crisis, como si fueran sustancias psicotrópicas. En los momentos malos, en cambio, fortalecemos el carácter, la imaginación, el temple, la creatividad.
Así que en realidad, las crisis son bendiciones. Nos hacen evolucionar hacia una especie más fuerte, integente y desarrollada. Pues... preferiría ser débil

miércoles, 23 de abril de 2008

Déjà Vu ornitológico

Los pichones saltaban fuera de su cueva con actitud llena de vida. Al igual que todos los nuevos seres vivientes, su apariencia no resaltaba por la belleza. En este caso particular, la opinión general es que en todas las etapas del crecimiento son feitas. Hasta existe una fábula muy conocida acerca de una mamá que le hace un favor al rey de la selva a cambio de que no se coma sus pichones, manifestando que los reconocerá porque son los más hermosos de todo el bosque. El predador los encuentra un día y se los come, pues ignora que son los hijos de su salvadora. El resto de la fábula no viene al caso.
Seguramente, si yo hubiera sido ese predador, los pichones estarían sanos y salvos.
La primera vez que los ví debo haber tenido unos doce años. En realidad debe haber sido la primera vez que les presté atención, pues mi infancia inició en una chacra con abundante arboleda y muchas de las especies animales de la zona, que no son tantas.
Recuerdo que recorríamos los caminos de tierra con mis hermanas y mi papá, quien ya había visto a las simpáticas lechucitas unos días antes y nos indicó donde moraban. Nos dirigíamos a un campo a ayudar con la tarea de desmalezamiento del sembradío. Mi viejo, hábil en el manejo de la soldadura, entre otras tantas artes, nos había fabricado unas azadas acordes a nuestro tamaño y edad. Los niños de ahora desconocen de estos trabajos, el avance en las técnicas de producción facilitó mucho el laboreo y los hijos de los productores ocupan su tiempo en actividades “recreativas”.
No digo que a nosotros nos encantase hacerlo, es más, en ese momento hubiese preferido hacer cualquier cosa antes que ir a cortar chamico, pero no se me ocurrió oponerme. Hay que hacer lo que hay que hacer y hoy a la distancia puedo contar, casi orgullosamente, mis anécdotas en las distintas facetas del trabajo rural ante sorprendidos ojos citadinos que por sus circunstancias de vida o desinterés no diferencian un gorrión de un chingolo.
En esa época, no era tan frecuente encontrar lechuzas; el poder destructivo de los agroquímicos hacía difícil la supervivencia de las especies animales menos fuertes. En los campos se podían ver acrobáticas liebres, algunas perdices y cada tanto algún ermitaño zorro al acecho de alguna presa desprevenida. Por eso, el hallazgo de las pequeñas rapaces era toda una novedad y ansiábamos llegar al punto donde la familia se encontraba. No tenían la imponencia de un águila cabeza calva, ni la estirpe de un halcón peregrino, pero los superaban ampliamente en simpatía y en la mística que su mirada atenta transmitía. Además, se hablaba mucho en TV de una enfermedad campestre, la fiebre hemorrágica argentina. En la campaña oficial se resaltaba la importancia que estas aves tenían para erradicarla, pues se alimentaban de las ratas que transmitían el virus. Esto también hacía que las viéramos como una amigable especie que nos ayudaba en nuestra salud.
Cuando terminamos el trabajo, terminó también el avistaje de los pichones. ¿Qué destino habrán tenido? ¿Habrán sobrevivido? ¿Se los comió el zorro acechador? ¿Murieron intoxicados? ¿Crecieron y se reproducieron? Vaya uno a saber. Lo cierto es que cada tanto recuerdo la imagen de ellos saltando al lado de su cuevita y me gusta la sensación que produce, de hecho tengo una pequeña colección de lechuzas de cerámica, piedra, madera, etc. que atiendo cuidadosamente; tal vez por rememoranzas de aquellos años felices que el inevitable transcurso temporal se encargó de alejar, o tal vez simplemente porque me atrae tan noble animal. Un poco de cada uno…

jueves, 22 de noviembre de 2007

Fotografía: "Brasil productivo"

Desde lejos podía admirar el infernal y hermoso fuego devorando los campos de caña. Los trabajadores bebían destilaciones baratas, cobrando valor para ingresar a la cosecha de la tarde siguiente.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Turismo imaginario

Caos es el resumen de la situación actual que describiré. Rugidos de motores en condiciones al menos cuestionables, humo espeso que penetra los pulmones y puede sentirse su depósito en el pecho, bocinas de esas de doble corneta y de las otras también, gritos de euforia, gritos de enojo, gritos de angustia, ensordecedores martillazos de trabajadores ensordecidos; múltiples pseudo creativos tonos telefónicos, mp3s y polifónicos; veredas aglomeradas de personas que cuan hormigas laboriosas transcurren sus patéticas vidas bajo el ala de un sistema que quita y también da, en teoría.
Hermoso caldo de neurosis que al evolucionar sorprende, pero al cual nos habituamos inmediatamente. No es tan negativo, haciendo un ejercicio mental uno puede obtener ventajas de esta situación. Hoy por ejemplo, sin moverme de 27 de Abril y Cañada, sentí que estaba en Kuala Lumpur, Bombay, por qué no Kabul? Turismo imaginario se llama el hobby, acabo de inventar una nueva actividad que queda disponible para el desarrollo de parte de los tipos serios que trabajan con el control de la mente.
Al final, todo es cuestión de como uno mira la mitad del vaso...

domingo, 12 de agosto de 2007

Proclama Gastronómica

Hay cosas que son difíciles de explicar y cosas que son difíciles de entender. Por ejemplo es difícil explicar que una secretaria salga despeinada y desabotonada del despacho de su jefe, justo cuando llega la esposa de éste a pedirle la chequera para pagar el colegio de los hijos. Es difícil entender por qué cuando se organiza una asado y se gastan al menos 35 pesos por persona entre carne, vino y ensalada, quien compra la mayonesa toma de la góndola la más barata y fea. A los encargados de la compra, por favor: ¡¡¡NO SEAN RATONES Y SUMEN 50 CENTAVOS POR PERSONA A LA CUENTA TOTAL!!!

domingo, 5 de agosto de 2007

Relato

25 por ciento

Escasos siete años. A esa altura de su vida Yolanda ya había aprendido la más importante y dolorosa lección que alguien con iniciado proceso de conciencia pueda recibir. La pérdida de su joven madre la transformó junto a su pequeña hermana en precoz trabajadora rural, siempre al servicio de las numerosas bocas que día a día tenía obligación de alimentar.
La casa que habitaban era un típico hogar de campo de principios de siglo XX. Amplia cocina y aún más amplio comedor, un par de dormitorios aglomerados de camas, imprescindible sótano para almacenamiento y vastas tierras de labranza de propiedad de terceros rodeando la precaria construcción.
El repentino canto de un gallo avisaba a la familia el comienzo de una nueva jornada en la cual cada uno se levantaba con la lista de obligaciones incorporada; las de Yolanda comenzaban con la preparación del desayuno de hermanos y padre, quienes en su mayoría hombres, devoraban con limitados modales cada migaja del abundante pan que amasaba subida a una silla, siempre acompañada Pepita, entrañable compañera del alma que le obsequió mamá tiempo antes de partir.
El proceso de calentamiento global aun no daba muestras y los inviernos a metros de la laguna sometían durante cada uno de sus noventa días a cualquier improvisado que intentara envalentonarse sin la adecuada cantidad de abrigo requerida. Pintados de blanco y resistiendo el embate solar, los helados pastizales se abrían formando un sendero por el cual Yoli y Pepita caminaban, cargando una red de pesca varias veces más voluminosa que ellas. Es que la naturaleza proveía, pero ofrecía una importante resistencia a quienes deseaban sustentarse de sus frutos.
Durante todos y cada uno de los días de su infancia sin muñecas y su adolescencia sin bailes, Yolanda dedicó sus esfuerzos en cargar su cruz. ¿Su recompensa? Ocho horas diarias de libertad imaginativa durante las cuales experimentaba sueños de princesa, que pujaban en dialéctica relación con la insoslayable crudeza de la realidad.
Tal vez conmovida ante la carga que le había asignado, la vida decidió inclinar la balanza para el lado de la justicia y gratificó el sacrificio con la llegada del amor. Ya en su segunda década, atraído por sus ojos de cielo y grandeza de espíritu, Mariano abdicó ante ella y le juró amor eterno, el cual fue aceptado y retribuido. Así llegó una nueva vida, un nuevo hogar y una nueva familia, la propia.
Ochenta años pasaron desde aquellos fatídicos siete. El milagro de la trascendencia generacional le presentó hijos, nietos y bisnietos que por momentos inundaron de felicidad su existencia, mas siempre recuerdo que, al hablar de su niñez, esos ojos de cielo no podían evitar tornarse vidriosos.

martes, 31 de julio de 2007

Proximamente en cines...

Luego de unas vacaciones narrativas, me complace informar que... las mismas seguirán unos días más, ja. Me encuentro trabajando en algún material que subiré próximamente.
Saludos y agradecimientos a quienes disfrutan de lo que escribo y también a quienes les parece una porquería. Además, siempre son bienvenidos los comentarios, así que pueden dejarlos con confianza.
Nos estamos viendo.

viernes, 27 de abril de 2007

Cuento

Un día Cualquiera

Si el infierno tuviera que trasladarse a la superficie seguramente elegiría esta locación, pensaba el caminante mientras se disponía a cruzar la avenida saturada de humeantes vehículos de transporte público. Estruendosas bocinas de alterados conductores penetraban con brutalidad su sistema nervioso central y lo introducían en un insoportable estado agorafóbico que levemente cedía ante la presencia de alguna belleza, que ocasionalmente se cruzaba en su agobiante caminata.
La lluvia de la noche anterior, breve pero intensa, había limpiado un poco las fachadas grises y formaba pequeños charcos violáceos en los pozos del semi destruido asfalto, víctima de la sobrepoblación automovilística y de la impericia de los contratistas encargados de las reparaciones. Entrada la mañana, el potente calor solar se asociaba con el agua acumulada e ideaban un atentado en contra del bienestar general, materializado en intensa humedad. Las ropas se pegaban al cuerpo con atracción magnética, fundidas en un desagradable cóctel de sudor y smog, que no producía entre los demás ningún rechazo, pues todos los desafortunados peatones circulantes eran víctima del fenómeno.
Si algo le faltaba al caminante para terminar de odiar el lugar en donde se encontraba, fue pisar una floja baldosa de vereda, la cual, en un movimiento catapultezco, lanzó hacia sus zapatos y pantalones, pequeñas cantidades de agua mugre, que horizontalmente desplegadas, parecieron ser litros del espeso líquido.
Si fuera posible la idea del fuego en la mirada, la de él era precisamente aquella de la que emergen encendidas brazas furibundas, susceptibles de intimidar al más valiente de los compadritos. Soltó su gastado portafolios, aflojó el nudo de su corbata estranguladora y elevando la transpirada cabeza esbozó una onomatopeya sin significado literario pero con gran contenido emocional: “GGGGRRRRAAAAAAAAAAAAAAAARRRRGGGG”. El alarido se prolongó durante eternos segundos y la multitud volteó la mirada hacia la fuente de tan poderosa expresión iracunda. Un Sr. que pasaba cerca, al observarlo, tiró sus expedientes que meticulosamente había ordenado por orden alfabético y se unió a su rabioso concierto. Un agudo alarido provino de la vereda de enfrente, una desatada secretaria ejecutiva vestida con su sexy uniforme proveído por el jefe comenzó a entonar su desafinada canción del hartazgo y sus cuerdas hicieron vibrar los vidrios de las oficinas de la zona. Como ecos montañosos se sumaron a la manifestación decenas, cientos, millares de voces insatisfechas que transformaron el espacio urbano en lo más cercano posible a un repleto y caliente estadio de fútbol.
El caminante, agotado en su descarga quedó inmóvil ante el espectáculo que se desarrollaba a su alrededor. Todas y cada una de las personas que por allí pasaban se unían al griterío, como abejas a la reina. Todas excepto una, un hombre de avanzada edad y cara surcada que conducía un improvisado carro tirado por su maltratado caballo de tonos algo rojizos, lo observaba fijamente mientras esbozaba una creciente sonrisa inclinada para el lado izquierdo de su rostro. Tal vez sería uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, en versión local y modelo 2007, pensó. Tal vez el infierno sí había elegido aquella locación y comenzaba la mudanza.

miércoles, 11 de abril de 2007

Relatos breves - La chica del bar

En una habitual combinación de tristeza y cansancio, sus ojos se alinearon en una profunda mirada que apuntaba a la uniforme pared que marcaba el límite de su celda en las próximas horas. Jóvenes con pretensiones de vencedores se refugiaban en aquel local, buscando materializar esos deseos o evadirse del peso de sus fracasos. Ella, obligada por su tarea, solo atinaba a sonreir ante cada intento de conquista propinado por los visitantes. Servir a los derrochadores, con el objetivo de subsistir, era su trabajo. Tomando las fuerzas que sólo poseen los que luchan desde abajo, resistió estoicamente la nocturna jornada extendida hasta el alba. Rindió sus cuentas, tomó su abrigo y mirando el suelo caminó entre niebla hacia su pequeña habitación en donde la esperaban sus cinco minutos de meditación, previos al necesitado descanso…

miércoles, 4 de abril de 2007

Cuento Nº 5

LA ULTIMA ETAPA

Las próximas veinticuatro horas las ocuparé en actividades cuyo fin principal no será otro que hacer más llevadera la espera del próximo día. ¿Por qué espero el día de mañana? No lo sé, nada interesante aparece en mi agenda, pero tal vez algo suceda y cambie mi perspectiva de las cosas. Las mismas caras, los mismos lugares, las mismas tareas… Me levantaré con la luna aún en plan de continuidad, me pondré mi uniforme color gris petróleo, originariamente verde del mismo tipo, bajaré las angostas escaleras que en más de una oportunidad exhibieron sus intenciones homicidas y tomaré el transporte que me llevará a mi fuente de sustento y hogar por las próximas diez horas.
Quizás al chofer se le ocurra cambiar la habitual ruta y pueda conocer nuevos barrios. Tal vez mis compañeros hayan leído el mismo capítulo del libro que me tiene entretenido. Mejor aún, una nueva compañera de elegancia sobresaliente y poco habitual simpatía podría sentarse a mi lado e iniciar una bonita conversación. Si esto no ocurre, bien podría alegrarme que mi jefe me felicite por mi esfuerzo y dedicación y decida que es hora de otorgarme un merecido aumento o calificación de tareas. Aunque debo decir, con convencimiento de cruda verdad: nada de eso sucederá. El viejo ómnibus tiene predeterminado el único camino en donde no hay inspectores de control de tránsito. Mis compañeros se entretuvieron mirando un popular programa de actuaciones musicales de poco talento, a la nueva y hermosa compañera la pasa a buscar un gerente en su auto importado y al llegar lo único que recibiré son exigencias de elevación del número de piezas que pidió un cliente de un país vecino.
Una y otra vez las preguntas dan vueltas por mi mente. Hace años que las formulo, las respuestas han variado. En una primera época concluían en agradecimiento por tener trabajo, después pasé a la etapa de conformismo sin satisfacción, bronca por no poder elegir libremente mis destinos, auto atribución de culpas por no haber actuado distinto o aprovechado supuestas oportunidades. Hoy me encuentro en la última etapa del largo camino a la muerte emocional: la resignación. Pasó mi cuarto de hora, los caminos sólo son de ida y llevan a una rutinaria y vacía vida, signada por las largas esperas del fin de semana. “Ya no seré feliz, tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo…” palabras de un poema que parecía inspirado en mí. Tal vez no en mí particularmente, pero sí en los que al igual que yo, andan deambulando entre ánimas frecuentadoras de nostálgicos tugurios del alma.
A veces me levanto con mejor ánimo, inspirado tal vez en algún sueño que no puedo recordar, pero en el que seguramente era feliz, me realizaba personalmente, viajaba por el mundo en búsqueda de intensas aventuras en donde yo era el protagonista de mi vida. Luego de diez minutos, la poderosa realidad me devuelve a mi estado anterior con la velocidad y la fuerza de un cachetazo propiciado por las manos más grandes que mi rostro haya experimentado.
¿Será que esto que se ha dado en llamar vida no es otra cosa que un montón de años que se acumulan esperando el momento del apagón? ¿Será que el destino de algunos es la grandeza y el de otros es dedicarse a ellos? ¿Será que todos los sueños de juventud son concientes deseos con escasas chances de cumplimiento? Tal vez así sea, al menos en mi experiencia.
Qué más puedo decir, mi nombre es Julio Armando Jiménez, soy lo que los sociólogos han estudiado durante años: un hombre común con ansias de ser descomunal, preso de sus circunstancias y de sus decisiones basadas en ellas. Uno más de los millones de mi clase, que día a día se esfuerza para enriquecer a otros, fabricando cosas que nunca podrán adquirir.
Tal vez esta noche deba encender mi televisor y mirar el show musical, pues si a todos les encanta, algo tendrá…

sábado, 17 de marzo de 2007

Cuento Nº 4

EL ACORAZADO

“No es la primera vez que me encuentro tan cerca de conocer la locura”. Eran las palabras que sonaban en su radio, interpretadas por una banda española que hasta el momento no había escuchado. Podría haber sido sólo una canción más, pero la letra lo hizo comprender su real situación emocional en ese momento.
Efectivamente, no era la primera vez que tenía esa sensación de falta de dominio de sus actos, pero en esta, el intervalo se manifestaba con mayor intensidad e importantes deseos de exteriorizarse. Caminaba de punta a punta los escasos metros del ambiente, pretendiendo en cada vuelta descubrir una prueba, un indicio, aunque sea una mínima esperanza de que todas sus angustiantes circunstancias pudieran, al menos, tomar un giro indicativo del bienestar.
Se detuvo un momento a pensar. Hacía unas horas que no lo hacía y ya estaba necesitando de ese hermoso momento reflexivo que lo conectaba con su alma y le permitía elevar su espíritu a una instancia superior, desde donde observaba con claridad los despejados caminos de su actualidad, a veces opacados por oscuros nubarrones que atentaban contra el placido instante.
Voluntariamente se sumergía en forzadas depresiones que si bien no le causaban felicidad, lo hacían sentir vivo internamente, pues pensaba que lo importante, sobre todas las cosas, era tener sentimientos que produzcan emociones, y ante las pocas chances de que sean alegres, cedía paso a las tristezas. Tal vez, sin saberlo, lo que en realidad tenía eran tendencias masoquistas mezcladas con otras autodestructivas, pues disfrutaba de sentirse mal e incluso actuaba alimentando su malestar.
Estas situaciones las capitalizaba en conclusiones. Sus balances comenzaban retrotrayéndose varios años, con minuciosa atención a decisiones claves que habían, en mayor o menor medida, determinado el siguiente paso, que a su vez seria condición de los sucesivos. Lo medio lleno o medio vacío de su vaso dependía en cierta forma de su actual ánimo, el cual, como suele ocurrir en situaciones como esta, se presentaba debajo del limite hacia el positivo.
Así las cosas, su tiempo ocioso se ocupaba en esta actividad, que al común denominador le puede parecer infructuoso, pero que a él le inyectaba su dosis periódica de intelectualidad, y esto en un ser mucho más cerebral que visceral, es una imperiosa necesidad que se compara con la ingesta diaria de alimento. Alimento para su mente, así podría definirse.
Muchas veces lidiaba con sus características, quería ser más “normal”. Anhelaba disfrutar de las cosas que la gente a su alrededor disfrutaba. A veces lo lograba, otras veces fracasaba en sus intentos, porque lo intentaba. Tal vez tendría que buscar nuevas estrategias que produjeran en él algún efecto desconcientizador. Ése era el secreto del éxito, perder la conciencia o al menos minimizarla hasta los requisitos indispensables, como dice una canción que muchas veces escuchaba: “La clave del éxito es mantenernos dormidos…”, claro que para eso no hay que sufrir de insomnio.
El momento reflexivo culminó abruptamente por un insistente sonido proveniente del teléfono. La voz en él anunciaba planes para la noche, que incluían reunión de amigos y posterior salida. Acordó los términos y comenzó los preparativos para la velada, con la renovada esperanza de que esta vez iba a poder gozar de las cosas que todo el mundo hace, si así no ocurriera, al menos intentaría un practicado truco mimetizador con el entorno, tal como lo había aprendido de su larga experiencia observando los modos de supervivencia de otras especies animales y vegetales.

martes, 6 de marzo de 2007

Más de lo mismo

Eso es lo que ofrece la realidad que día a día vivimos en este caótico lugar poblado de múltiples especies enemigas entre sí, que se ha dado en llamar Planeta Tierra, o como dice una canción de la banda Los Brujos, “Planeta Tierra Kamikaze”.
Antes solía escribir más sobre esa realidad, los hechos a la vista me daban mucho material para desarrollar mis ideas. Hoy me encuentro como observador de acontecimientos que son similares a los vividos en otras décadas, años, meses, incluso semanas pasadas no hace mucho. Vuelvo siempre necesariamente a mis teorías de la involución. No se si será IN, pero si puedo afirmar que es “NO” evolución.
Como ejemplo voy a analizar un diario de hoy. Las crónicas informan que la OTAN por error mató civiles afganos, lo cual me genera el interrogante, ¿Por qué la Organización del Tratado del Atlántico Norte se encuentra invadiendo un país de medio oriente? ¿Quiénes se piensan que son, el Consejo de Seguridad de la ONU? No, ese Consejo pasó a ser un monigote en una Organización que se ha vuelto pesada y obsoleta, tal cual quedó evidenciado en el momento en que el nazi, drogadicto e ignorante de Bush, luego de un vuelo cósmico provocado por la merca, decidió convertirse en el emperador Máximus Bastardus Odiadus, e invadir Irak.
¿Qué más dicen las agencias? Bueno, las internas en los partidos políticos se llevan gran parte de los tabloides. Tejes, manejes, alianzas, traiciones, etc. Es momento de reagruparse y en el país del unipartidismo la democracia hace un esfuerzo enorme por prevalecer sobre su más acérrimo enemigo, el autoritarismo. Kirchner les da impulso a los radicales K ¿La K es de Krniceros, de Kgadores, de Krgadores o de Ksi extintos? Mauricio Macri hace un esfuerzo sobre humano para abrazar a una nenita humilde, Lavagna mandó a imprimir 2 millones de banderas que dicen “La devaluación fue idea mía”. En fin, en el circo criollo hay para todos los gustos.
Inseguridad, ¿cada vez mayor o cada vez más cronicada por los medios? Es como el dilema del huevo y la gallina. Lo cierto es que andamos por las calles mirando para todos lados, obsesionados de tanto pensar cuando será el momento en que nos toque a nosotros. Lo que pasa es que nadie quiere ser víctima, pero hoy por hoy, si no te robaron alguna vez no existís. Imagino una situación de una charla social, en un bar o restaurante con amigos o conocidos. La inseguridad es tema obligado, y si no la sufriste te “quedás sin letra”, entonces vas a queres que alguna vez, aunque sea un encendedor, te sustraigan, así vas a poder ser parte del que parece es el principal problema social desde hace 10 años y te vas a sentir un ciudadano honorable al que los cacos mortificaron.
Pasando a temas más banales, el D.T. Basile dice que quiere ganar la Copa América. La duda que se me presenta es ¿por qué, si está tan empecinado en ganarla, no convoca a los mejores jugadores? No merece mayor comentario.
Como se puede ver, hay muchos temas para tocar, estos son sólo botones de muestra, pero es más de lo mismo en todos los aspectos. Sólo puedo rescatar de lo que vi, los homenajes a Gabriel García Márquez, verdadero prócer de la literatura latinoamericana, que supo posicionar a la región a la vanguardia del arte literario mundial.
En síntesis, lo único que me pareció que merecía alguna línea es esto que relaté, aunque con D´Elía y Farinello y sus relaciones carnales con Irán, pude hacerme una fiesta, pero bueno, no me gusta el chiste fácil. Éxitos.

miércoles, 28 de febrero de 2007

Cuento Nº 3

EL AVE ZAMBULLIDORA

Caía la noche y mi hogar temporario apenas eran unos caños flexibles en forma de X, a la espera de su formal recubrimiento. No sabía con certeza donde me encontraba, pero sentía un gran pálpito que me guiaba hacia mi destino, aunque éste no figuraba en mis modernos mapas.
Mientras finalizaba los detalles de mi tienda de viaje comencé a recordar el largo camino que me había llevado hasta ese recóndito lugar, en búsqueda de algo que no podía terminar de entender, pero que me empujaba constantemente a seguir intentando el camino de la explicación, como un legado inevitable y perturbadoramente deseado.
Cuando niño fuimos con mi familia de paseo a una vieja casa de campo, casi escondida, enclavada en un desierto campo patagónico que parecía carecer de todo rastro de humanidad. El paseo se prolongó en el tiempo y de a poco comprendí que no volveríamos a la ciudad. Tal vez mis padres no quisieron que sienta la violencia del cambio y por eso ocultaron inicialmente las intenciones del traslado. Creo que me subestimaron, pues aquellos momentos fueron muy de mi gusto y mi adaptación fue inmediata, ayudada por la envolvente belleza y el a veces mágico misterio del lugar. Una helada mañana sentí unos extraños sonidos, distintos de los habituales crujidos de las puertas que se quejaban de la falta de aceite en sus oxidadas bisagras. Sin ningún temor bajé de mi lecho y me dirigí a la sala por un pasillo oscuro que a esa altura podía recorrer con los ojos vendados. Al avanzar pude descubrir que esos raros sonidos no eran otra cosa que sigilosos pasos que, al advertir mi presencia, apuraron su marcha y rápidamente se esfumaron como un ánima, sin ninguna señal de continuidad.
Fue allí cuando mi curiosidad por aquel misterioso suceso nació, creció y se desarrolló, transformándose casi en una obsesión. Todas las mañanas me levantaba siguiendo aquellos pasos, que con el tiempo se acostumbraron a mi presencia y me permitieron casi alcanzarlos en muchas ocasiones. Seguramente pudieron leer mi mente y advirtieron que no les temía y no pretendía otra cosa más que saciar mi apetito de respuestas. Extrañamente, un amanecer los ruidos se volvieron estruendos por largos segundos, para luego dar lugar a la absoluta calma; bajé de mi cama como tantas veces y al apoyar mi pié derecho en el entablonado pude verla; estaba allí, todas las razones de mi corta existencia confluyeron en aquella habitación en el medio de la nada.
Era una niña de unos 11 años de edad, con largos cabellos negros y cautivante mirada, envuelta en pieles y plumas que evidenciaban el paso del tiempo. Me miraba. Se rió al ver mi pijama con estampados de cohete destartalado, uno de mis preferidos personajes de los escasos dibujos animados que podía ver en mi anterior hogar. ¿Quién eres? ¿De donde vienes? ¿Cuál es tu nombre? ¿Por qué vienes a buscarme? fueron las primeras palabras que salieron de mi sorprendida voz.
-No vengo de ningún lado. Siempre estuve aquí. Me respondió la niña.
-Mi nombre es Wala y tú me encontraste a mí. Ahora debo marcharme y cuando demuestres que posees lo necesario sabrás mi historia.
El canto de un ave desvió mi atención y al volver la mirada, Wala desapareció. A partir de ese momento mi vida cambió para siempre y solo pude pensar en ella, sobre todo en qué era lo que quiso decir con “poseer lo necesario”. Pasaron semanas, meses, nunca volví a verla. Volvimos a la ciudad un mes de diciembre de 1983.
Retomé el colegio, reencontré amigos y los años transcurrieron con relativa tranquilidad. Pero de tanto en tanto me despertaba en las mañanas temprano con las incumplidas esperanzas de ver a Wala a mi costado. Mi desazón por creer imposible nuestro reencuentro me llevaba a extremos depresivos, furias interiores y expectativas insatisfechas. Hasta que un día, mirando T.V., vi un rostro que me recordó a mi visitante. Eran imágenes de una reserva mapuche, cercana a la casa de la aparición, que denunciaban ante un medio la venta de tierras de su dominio originario a un Sr. de un país que ellos no sabían bien donde quedaba.
Mi mente de un aún preadolescente no me permitía entender la gravedad del conflicto, pero esos rostros familiares acercaron a mí nuevamente las ilusiones del anhelado reencuentro. En ese momento no podía lanzarme a la búsqueda, pero con solo saber que existía la chance me tranquilicé y pacientemente aguardé el momento de mi verdad.
Pasaron así los años de mi adolescencia. Al llegar a la mayoría de edad mis padres se ofrecieron a llevarme de viaje adonde quisiera, y sin dudarlo les pedí llevarme a la vieja casa de aquel campo. Sorprendidos, pero sin preguntarme las razones accedieron a mi deseo.
Fue así que partimos hacia el sur andino. No recordaba lo largo que era el viaje, tal vez mi ansiedad eternizaba cada minuto transcurrido mientras nos desplazábamos por intransitadas carreteras. El reencuentro con la casa no fue lo esperado. Derroida por el paso del tiempo, dejaba a las claras que ningún ser humano había estado allí en los últimos 12 años. Aquellas robustas puertas de madera autóctona habían mutado en una especie de indicador de límite interior exterior, pero que distaba mucho de ser la protección del hogar de toda inclemencia externa. Los tejados parecían depósitos de hierbas que brindaban fantástico hábitat a insectos, roedores y pájaros. Las ventanas simplemente carentes de existencia. Inhabitable desde todo punto de vista, aún para los espíritus más adaptables.
-Iremos a un hotel, dijo mi padre.
Yo asentí resignado, con el típico movimiento de cabeza indicativo de afirmación.
-Eso no significa que no nos quedemos, replicó mi madre.
Ignoré estas palabras inicialmente, aunque luego fueron el nudo de mi desenlace.
En el trayecto al pueblito que nos alojaría pude ver, para sorpresa, un cartel indicativo de la cercanía del ahora devenido en asentamiento mapuche que la televisión me había enseñado. Sin emitir sonidos pero prestando mucha atención memoricé el camino que creí que me guiaría en mi misión. Así fue que a la mañana siguiente, mientras mis padres se habían ausentado sin aviso, tomé mi equipaje compuesto de una tienda, ropa de abrigo y algunos entremeses, y partí a paso de hombre.
El paso de las horas combinado con mi ritmo sostenido me depositaron en las puertas del primer rancho precariamente adobado. Infructuosamente golpeé mis manos a modo de llamada y nadie acudió a recibirme. Seguí caminando por el sendero y más viviendas deshabitadas se presentaron ante mí. Por primera vez sentí ganas de olvidarme de todo el asunto y sepultarlo en el lugar destinado a los fracasos y así, casi convencido de volver fue cuando algo detuvo mi marcha. El canto de un ave, aquel mismo que indicó el último segundo que vi a Wala, retumbó en medio de la calma proporcionada por el despoblado entorno.
-No eres es primer hombre a quien ese sonido altera, aunque sí el primer hombre blanco. Dijo una extraña voz masculina que provenía de un oscuro ranchito sin puertas.
-Quién es Ud. y por qué cree que ese canto me perturbó?
-Soy el último habitante de estas tierras bañadas de sangre. Después del desalojo los demás emigraron a las afueras de la capital. Ese pájaro no vuela nunca solo, su compañera es quien ha perturbado a valerosos hombres que luego de oír su canto, han sacrificado sus vidas por develar el misterio de la niña Wala.
-Ud. la conoce, sabe donde puedo encontrarla?
-JaJa! Veo que no desistes. Conozco tu historia, se que has vivido aquí cuando niño y también sé que la niña se apareció ante ti. Sé que debiste marcharte pero siempre deseaste volver. Sé que respetas lo que no conoces y tus sentimientos son nobles. En definitiva, sé que tu destino y el momento de tu verdad están próximos a fundirse.
- Diría que posees lo necesario, pero falta una etapa. Marcha hacia la dirección donde el sol es devorado, sube por las filosas piedras de la montaña oscura y no te detengas hasta que no avistes una pequeña formación boscosa casi oculta por la bruma. Es hasta donde puedo indicarte, desde allí, andarás por tu cuenta.
Nos despedimos con las miradas y, utilizando energías que desconocía poseer, llegué al bosque brumoso, en donde ahora me encontraba acampando. La carpa tenía ya su apariencia original y envuelto en todo medio de cobijo a mi alcance descansé de mi travesía, llevando a mi inconsciente la imagen de su rostro que aun perduraba en mis retinas.
Al despertar tuve una rara sensación física, parecía estar flotando. Rápidamente salí de la tienda y en una mezcla de tranquilidad con nerviosismo pude verla desde lejos. Estaba allí, llevé las manos a mis ojos como tratando de ver mejor, y no lo dudé más, Wala estaba frente a mí. Dudando entre correr hacia ella o permanecer inmóvil para no perturbarla, el medio físico me indico la segunda opción, a mi alrededor sólo se veía la inmensidad de un lago con claras ostentaciones oceánicas.
Al notar mi presencia, ella se dirigió hacia mi ubicación, levitando sobre el espejo movedizo sin quitar su vista de mi rostro.
-Te estábamos esperando, dijo con celestial voz. Acompáñame, puedes desplazarte al igual que yo.
-Qué sucede? De donde salió este lago? Hacia donde nos dirigimos? Pregunté mientras avanzábamos hacia el iluminado centro del acuífero.
-Esas preguntas que durante tanto tiempo te formulaste y esa necesidad de explicaciones a lo ocurrido mientras estabas en aquella casa serán respondidas en breve, pero no por mí, tu mismo lo entenderás.
Fue entonces que vi a mis padres en el centro de la luz, jóvenes, tal como se veían cuando vivíamos en el campo. Estaban tomados de la mano, mirándome con sus brillosos ojos que denotaban pura emoción. Vinieron a mi mente extraños recuerdos que nunca creí haber vivido.
Aquellos estruendos que había escuchado la madrugada de la aparición retumbaron nuevamente en mis oídos, con la diferencia de que ahora veía su origen. Hombres encapuchados con enormes armas de fuego ingresaban a la casona con el claro objetivo de encontrar, eliminar y desaparecer a mis padres, pero se encontraron conmigo también y sin siquiera discutirlo, completaron su verduguezca tarea.
La niña, Wala no era otra que aquella que hizo propio el lago Budi y convirtió el espíritu de éste en el ave zambullidora, quien sería su acompañante en la eternidad. Este espíritu ancestral mapuche nos había escogido a nosotros, moradores ocasionales de sus tierras, como dignos de ser inmortales y volar junto a los hombres valerosos, cuan custodios de aquellas almas puras que sufren injusticias propiciadas por las impuras, que prevalecen por la propia fuerza de su odio, pero nunca más allá de su efímera mortalidad.
¿Sobre mi retorno a la ciudad en aquel momento? Tal vez fue una prueba de mi dignidad, tal vez el niño que fui debía dar paso al hombre en que me había convertido. Una u otra, mi destino y mi momento se fundieron, y por primera vez en mi vida me sentí completo.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Reflexiones campestres

La inmensidad de la madre naturaleza decididamente había escogido aquel lugar para desarrollarse en su máxima expresión, al menos esa fue la sensación tuve al adentrarme entre los añejos eucaliptos del bosquecillo. ¿Que destructivo puede llegar a ser el ser humano a veces, pero a su vez cuanta majestuosidad pueden tener sus creaciones cuando se inspira...?
Mucho me habían hablado de aquel lugar, pero al estar allí entendí realmente la fascinación que sentían quienes incorporaron a su rutina vivir, crecer y envejecer en esas tierras.
Araucarias centenarias, olivos pigmentados de un intenso gris verdoso, parras que a duras penas sostenían cargados racimos de frambua, lungas palmeras que hacían las veces de moradas a los cientos de pájaros que inteligentemente las seleccionaban como su hogar y tantas otras especies vegetales, las cuales me llevaría innumerables líneas describir.
“¿Crees que puedes distinguir un verde campo de un frío riel de acero?” preguntaba Roger Waters en un perfectamente claro inglés mientras la paz invadía mi alma.
Tuve en ese momento una visión; una especie de camino hacia la primitiva esencia de todo ser humano, que si bien el tiempo fue mutando, se manifestaba en mí con mayor frecuencia e intensidad. Esa esencia no es otra cosa que la búsqueda de la armonía con el medio preexistente, en una relación de mutuo respeto y concesiones reciprocas, donde tomamos de ella que nos da desinteresadamente y a cambio nosotros le ofrecemos nuestros respetos.
Antiguos pobladores de la región, en épocas en las que nadie sabía con certeza las consecuencias de los actos destructivos y la devastación de áreas naturales era concebida como una evidencia de progreso, tuvieron otras visiones. Imaginaron grandes campos regados de animales para consumo, con plantaciones de pasturas y cereales enemigos de la fauna y flora local. La cumplieron y heredaron a los siguientes sus obras y artes. Hace décadas que empezamos a entender que por ese camino la prosperidad es una especie en extinción. Tal vez las generaciones presentes han conseguido aumentos en su capital, pero el precio será el sacrificio de las futuras, lo opuesto a lo actualmente conocido como “desarrollo sustentable”.
Hace ya cientos de años que comprendemos que la principal característica del ser humano, y que le permitió sobresalir del resto de los seres vivos, es su razonamiento y la aplicación del mismo al servicio de la modificación del entorno que lo rodea. Así, mientras el resto de los seres vivos se adapta al medio ambiente, nosotros lo adaptamos a nuestras necesidades, llevándolo a una situación crítica y casi extintiva. Claro que la madre naturaleza está comenzando a tomarse revancha, en forma de catástrofes climáticas, que a pesar de lo extremas, parecen no hacernos escarmentar.
Al mirar un par de lechuzas acechando algún desprevenido roedor noctámbulo con pocas chances de ver el siguiente amanecer me preguntaba si esos pájaros serán inteligentes. ¿Podemos afirmar que no lo son? Entonces me acordé de algo que dijo un gran profesor cuando se refería a esto. Él decía: “¿Quién puede asegurar que un sapo no es inteligente? A lo mejor es tan inteligente, que decide ignorarnos.”
Es que los seres humanos nos subimos a nuestro ego y podemos tirarnos al precipicio. Nos creemos omnipotentes y omnipresentes, sin embargo, si ocurriera una catástrofe nuclear, muchos científicos afirman que las únicas sobrevivientes serían las cucarachas. Un despreciable y asqueroso insecto tendría más chances que nosotros y quien sabe, tal vez con el mundo a su disposición logren transformarse en una evolucionada y poderosa especie de cucarachas supersónicas.
Será momento entonces de repensar los motivos de nuestra existencia y los objetivos que como especie tenemos, así tal vez entendamos el rol que nos tocó en la historia que estamos escribiendo. Una historia que no comenzamos y espero que no finalicemos, pero que estamos continuando y en la cual podemos tomar caminos distintos que nos conducirán a finales distintos, algunos felices, algunos destructivos, otros intrascendentes.
Anochece, los grillos comienzan su inspirado soneto y alguien avisa que empieza a prender el fuego para el asado, finaliza mi momento reflexivo y vuelvo a disfrutar de los placeres que me proveen aquellas actividades que a veces cuestiono. Será que los seres humanos somos todos distintos, pero en esencia nos parecemos.
Éxitos.

viernes, 26 de enero de 2007

Cuento propio Nº 2

La visita al pueblo

Desesperado corría el sujeto, como perseguido por la luz mala. El miedo de no llegar a tiempo se manifestaba en los cada vez más fuertes retumbes que emergían en el costado izquierdo del esternón. La velocidad y concentración en su carrera le impedían enhebrar algún pensamiento lógico; como un caballo con sus anteojeras, sólo la meta estaba en su no muy incisiva mente de servidor.
-¡Tengo que llegar! ¡Tengo que llegar!, exclamaba enmudecidamente mientras continuaba en su alocada carrera a su destino. Ni las penumbras de la noche que todo lo devoraban, ni los sonidos de algún peligro que implique serios riesgos a su integridad física, obstaculizaban su maratónica emprendida.
Aquellos años de insolente furia alimentada por desplantes, incumplimientos, abusos y prepotencia, habían quedado en el olvido, tal vez borrados por la pesada e inquisidora mano de la justicia, administrada por supuesto por sus naturales y más acérrimos enemigos, aquellos mismos que lograron colocarle el yugo que lo catapultó a una vida de obediencia y reconocimiento a sus superiores.
A lo lejos podían divisarse tenues luces movedizas que parecían perderse entre los zigzagueantes senderos que guiaban a los primeros destellos de civilización de la región.
Cada tanto la desesperanza se presentaba ante él, personificada en extenuante cansancio, pero el sujeto, acostumbrado a los avatares de una vida signada por la lucha, en ningún momento cedió ante la seductora tentación de algún improvisado asiento, caprichosamente armado por el entorno natural.
Cualquier otra persona no se hubiera preocupado por remediar el infortunio ocurrido ante sus ojos, pero él, con un absoluto sentido de responsabilidad y totalmente conciente de sus obligaciones, haría cualquier cosa que esté al alcance de sus manos y más, para cumplir con su gente.
Los kilómetros se sumaban a la lista de cumplidos y el sendero elevó su categoría a la de camino rural, allí hasta donde las máquinas llegaban a emparejar. Lejos de relajarse al avistar la cercanía, apresuró el tranco y solo restaron minutos para que llegue a la modesta Estación de Servicios, único comercio del paraje que a su vez hacía las veces de almacén, farmacia, veterinaria y pulpería. La felicidad colmó su alma al ver aquella camioneta importada cuya marca le costaba horrores pronunciar.
Detuvo finalmente su marcha, acomodó un poco su ropa, sacó de su bolsillo una pequeña bolsa, tomó profundo aire y con la firme actitud de quienes tienen certeza de lo correcto, entró al local. Se dirigió a una improvisada mesa lista para la cena, miró fijamente a su objetivo y dijo ante la sorpresa de aquel señor:
-¡Patrón! Pensé que se había ido. Aquí le traje los anteojos que se olvidó sobre la mesa del caserío.
- Que casualidad que justo Ud. tenía que venir de visita al pueblo, dijo el Sr.
- Sí... de visita al pueblo...
- De todas formas siempre tengo un par de repuesto. Ahora si me disculpa Vivas, la cena está por llegar…
Su cuerpo comenzaba a pasarle factura por el extremo sometimiento al que había sido sometido, Vivas dio media vuelta y se retiró en silencio. A paso de hombre, volvió a adentrarse en la espesura de aquellos casi intransitados caminitos que lo llevarían a su morada, con la esperanza de encontrar algún noble animal que quisiera ser su alimento de la mañana siguiente.

domingo, 21 de enero de 2007

El Gran Tarado

¡Eramos pocos y parió la abuela!
Ante la falta de nuevas ideas en el negocio del entretenimiento una vez más los cerebros creativos de la caja boba apelaron a todo el ingenio con el que cuentan.
Me imagino esta hipotética situación: en un clásico Business BreakFast, los directivos del medio de comunicación presionando a los encargados de la programación para generar productos que aumenten el Rating y Merchandising. A nadie se le ocurre ninguna alternativa (es que los programas de los "sueños" agotaron sus mentes) y por allí entra la secretaría con los capuccinos y una falda corta y dice en tono de broma: "¿Por qué no vuelve Gran Hermano?".
Entre risas y burlas alguien levanta la voz y le contesta: "Sí, y metemos a una trola, a un ex convicto, a una modelo fracasada, a un bisexual, a un depresivo y otros especímenes incomprendidos...". Todos siguen riéndose siguiendo a la masa, sin saber bien por qué lo hacen.
En ese momento un capanga se pone serio y dice: "¿Por qué no? Ya tenemos pagos los derechos intelectuales, tenemos la experiencia, armamos una casa en unos días, le metemos polémica, un conductor tira molotovs y le damos apoyo multimediático. No puede fallar, los morbosos, después de ver a alguien cumplir su sueño de tratamiento médico para la sobrina nieta de una amiga de su ex cuñada, quieren volver a las fuentes. Sarita (nombre de la secretaria), por tu idea te ganaste un ascenso, vas a ser vice ejecutiva junior de la sub área de iluminación al aire libre diurno, trabajando 6 horas más por día, por el mismo salario, pero va a ser muy bueno para tu currículum... Gutiérrez, ocúpese de los detalles".
Toda la maquinaria se pone en marcha inmediatamente. Consultoras encargadas de los castings supervisados por psiquiatras especialistas en traumas severos causados por la falta de ejercicio neuronal, empresa constructora propiedad de un amigo del vice que terciariza en un subcontratista empleador de obreros de la construcción paraguayos, area de recursos humanos seleccionando técnicos, camarógrafos y escenógrafos que se adecúen al perfil de la empresa y compartan su visión, misión y objetivos, contadores calculando si pagándole a los participantes 2000 pesos al mes cierra el balance, etc.
Están todos preocupados por muchos temas que seguramente plantean enormes desafíos y esfuerzos, excepto por uno, el cual tienen garantizado: la audiencia. Éxito seguro, el público siente una irresistible atracción por toda estupidez adornada que esté dando vueltas, no sea cosa que tengan que detenerse a pensar si están conforme con sus vidas, si sus objetivos personales van encaminados, si sus hijos podrán ser libres para jugar en las calles, si el cambio climático permitirá que la creciente población mundial sacie su hambre, si algún día esas guerras que parecen lejanas los tendrán como protagonistas, si la deuda externa del tercer mundo es legítima, si está bien venderle tierras a los extranjeros, si alguna vez se superará el odio racial y religioso, si las dictaduras han sido genocidas, si los pobres pueden algún día dejar de serlo, si se puede reinsertar un delincuente en la sociedad, si puede evitarse la extinción del yaguareté, si hay que indemnizar a los pueblos originarios, si se pueden clonar con éxito seres humanos, si existirá inteligencia artificial, y otros tantos interrogantes.
Sólo para cerrar:
"Los días extraños nos han encontrado,
y a través de sus extrañas horas
nosotros nos desmoronamos solos" (Días Extraños - The Doors)
Éxitos

jueves, 14 de diciembre de 2006

El lado oscuro de la Luna

Saludos terrícolas. Aquí me encuentro afrontando estoicamente los abatares de fin de año. Época de balances... económicos, personales, profesionales.
Como todos los diciembres, los cerebros creativos de la T.V. tienen la ocurrencia de sintetizar el año deportivo, con los goles del campeón, los vaivenes políticos, la estadística de secuestros, etc. La imaginación no tiene límites cuando de llenar espacios betustos se trata.
Desde mi óptica, este año no ha sido muy distinto del anterior, excepto por nuestro nuevo enemigo uruguayo, nuestro nuevo amigo boliviano, nuestro nuevo amante venezolano, nuestra nueva "touch and go" chilena y nuestro como siempre dominante amo brasileño.
Como nunca antes se habló de daños ambientales, desastres climáticos, calentamiento global, emisiones de gases de efecto invernadero, crisis del petróleo, guerras, ocupaciones, atentados, violaciones a derechos humanos, necesidades insatisfechas, extranjerización de las tierras, fútbol corrupto, delitos contra la integridad sexual, operativos de drogas... la lista es larga.
Tengo 30 años y recuerdo desde los 7 u 8 años. Los dibujos animados o películas de ciencia ficción futurista transcurrían más o menos entre el año 2000 y el 2010. El delirio de los autores imaginaba autos voladores, órdenes políticos estrictos, sociedades ordenadas, colonias espaciales, pulcritud y vestimentas cuasi uniformales. Nada más lejano de la realidad...
Por supuesto que hay computadoras con internet, teléfonos celulares, Gps y otras hierbas. Todo esto era practicamente impensado por el especimen común y realmente ha generado toda una nueva cultura y contracultura pop moderna. Veo así verdaderas disputas y esfuerzos por alcanzar los parámetros del éxito que hoy parecen traducirse en un teléfono con reproductor de MP3. Es que en la mayoría de estas nuevas herramientas predomina un uso destinado al entretenimiento, instaurándose definitivamente la, como me gusta decirle "Industria del Boludeo".
Alguien podrá decir que ante tantas cosas nefastas que pasan a nuestro alrededor, lo mejor que uno puede hacer es evadirse, entretenerse o esparcirse. Respeto la postura, pero todo tiene límites, sólo los más fuertes y preparados lograrán superar los enormes desafíos que la humanidad se plantea.
Como puede vislumbrarse, mi visión de futuro hoy difiere mucho de lo que proponían los ilusas historias futuristas. Veo menos recursos naturales, más gente, más hambre, más guerras, más daños, más odio... es un círculo vicioso. A pesar de que detesto hacerlo, con gusto aceptaría que cometí un error si los hechos lo demuestran, lo que pasa es que descubrí un día que los camellos no eran los que se comían el pastito.
Una frase de la más talentosa banda de Rock de la historia resume: "No hay un lado oscuro de la luna. Realmente todo es oscuro".
Para quienes no saben cual es la banda a la que me refiero solamente les digo: convenzansen, esto no es pa´cualquiera. ¡Bueno, no es tan difícil, es ultra archi conocida!
Éxitos.

jueves, 30 de noviembre de 2006

La otra mejilla NO

Otra vez la mula en el trigo dice un dicho campestre. Otra vez hablando de la cada vez más prepotente actitud del Estado Uruguayo, el cual intenta sobresalir a los ladridos como los perros pequeños que usan este método para aparentar lo que no son: un can con relativa fuerza o importancia.
La buena nueva es que movilizarían tropas para custodiar la destructiva planta de celulosa finlandesa. Lo primero que me pregunto es ¿como van a hacer para juntar más de 30 soldaditos, si tienen tantas Fuerzas Armadas como Andorra? Dejando de lado la broma, siguen demostrando con actitudes como esta que no tienen ninguna disposición al diálogo y confirman día a día su intención de agredirnos, avalando un emprendimiento privado que contaminará un río sobre el cual no tienen plena jurisdicción, violando así la cuasi muerta letra del Tratado del Río Uruguay.
¿Acaso no entienden que ese río no es de su propiedad exclusiva? ¿Tan chatos de mente son como para afirmar que no producirá impacto ambiental negativo? Yo opino que nuestro país NO DEBE ACTUAR PONIENDO LA OTRA MEJILLA ante esta vergonzosa agresión oriental.
Los medios locales y la opinión pública hablan de generar un boicot a Uruguay. Humildemente recuerdo que yo lo planteé, en realidad lo proclamé, en mi comentario de fecha 18 de Julio pasado. Para quienes no quieran bajar hasta esa entrada, textualmente dice "Propongo por este medio que la República Argentina cancele todas sus operaciones comerciales con Uruguay, que se retiren todos los fondos depositados en sus bancos lavadores de dinero, que no les vendamos ni compremos un alfiler, que la gente que veranea en sus playas deje de hacerlo (aunque en este caso podrían quedarse con varios indeseables nuestros). Vamos a ver después cómo vienen a negociar, con la cola entre las patas como los cobardes y débiles que son..."
Ratifico totalmente que el Estado argentino debe adoptar esta postura, sin nuestro aporte el insignificante paisucho ese no puede subsistir. Esto les serviría de escarmiento y tal vez aprendan la lección. Respecto de los cortes de ruta, no voy a tomar posición, perorespeto mucho la situación emocional de los damnificados directos y son ellos los que reunidos en asamblea deben decidir. Lo que sí adelanto es que cortan rutas por deseperación, además, y esto grábenselo en sus cabezas, LOS DERECHOS NO TIENEN TODOS LA MISMA JERARQUIA. El derecho a la libre circulacion cede ante el derecho a la vida y a un ambiente sano, acá, en Uruguay y en Mali.
Lo que no deseo es que estalle un conflicto bélico. Se habla de esa posibilidad, aunque es muy remota. Ahora bien, si no pudiera evitarse y se diera el supuesto de guerra, no hay que aceptarla porque no es la forma civilizada de solucionarlo. Pero repito, si sucediera, dejo otra proclama para ese hipotético momento: GUERRA NO, CONQUISTA SÍ!
Éxitos.

jueves, 9 de noviembre de 2006

Hipocrecía Brava

Hoy voy a reflexionar un poco acerca de la violencia en el fútbol y el supuesto “derecho de admisión” que los clubes, en nuevo falso intento de ocuparse de este problema, intentan implantar.
La hipocresía no encuentra límites en la dirigencia del fútbol argentino. En realidad ¿si no tiene límites en general por qué habría de tenerlos en el fútbol? ¿Acaso los dirigentes del fútbol son extraterrestres que vienen del planeta Honestidón a traer su bondad a nuestro amado deporte? Hablo de hipocresía porque nos quieren hacer creer que no dejando entrar a las canchas a algunos barra bravas de los equipos visitantes, el problema puede solucionarse.
Yo me pregunté cuando se empezó a hablar de esto, sobre todo con el escándalo de Racing vs. Boca ¿acaso Racing no tiene barra bravas? ¿los hechos de violencia son generados sólo por los barras visitantes? ¿En la "Barra Imperial" son todos nenes de pecho? Y así sucesivamete al resto de los equipos.
¿Con qué argumento quieren combatir a los violentos los dirigentes del fútbol o la clase política? Si los propios dirigentes utilizan a los barras para hacer sus campañas políticas en los clubes. Si los gobiernos municipales, provinciales y nacionales los contratan como fuerzas de choque en los eventos públicos...
Hace poco veía el conflicto gremial del Hospital Francés de Buenos Aires, y en el operativo anti protesta había barras bravas de nueva Chicago haciendo las veces de rompe huelgas. Todos sabemos cómo trabajaba la de Chacarita al servicio de los gobiernos. Personalmente, he visto hasta agrupaciones estudiantiles (Franja Morada) que contrataban barras bravas para que los "protejan" en los congresos de la Federación Universitaria.
Entonces no seamos hipócritas, porque en primer lugar, de una sociedad violenta como la que formamos, sólo pueden manifestarse fenómenos sociales violentos que conjugados con la pasión con la que se vive el fútbol, genera hechos de violencia al punto de que nos sorprendemos si un fin de semana transcurre en paz. En un país con más de la mitad de su población pobre, no podemos ser tan ilusos y pretender que en este tipo de espectáculos todo sea paz y amor. Encima, si los poderosos utilizan los servicios de matones de esta gente, muy bien pagos de hecho, sólo están alentando a que este tipo de fuerzas crezcan en número y potencia.
Si hasta el presidente armó su milicia con la necesitada gente del conourbano ¿que podemos esperar que suceda hacia abajo?
Lamentablemente llegaremos al extremo de tener que observar canchas de fútbol vacías. Crecerá entonces el negocio de la televisación.
Si van a un estadio a ver un espectáculo deportivo cuídense, los puede atacar la barra brava local, pues parece que el derecho de admisión no los alcanza. Éxitos

sábado, 21 de octubre de 2006

Dormidos en los laureles

Vuelvo a escribir. Esta vez motivado por hechos raros, oscuros e indeseados, por mí y por millones de personas que pretendemos defender a la constantemente defectuosa, insuficiente y muchas veces injusta democracia, pero democracia al fin.
La desaparición del testigo principal de la causa Etchecolaz encendió las alarmas de una sociedad que creía superados los viejos fantasmas del fascismo en Argentina. Siempre supimos de periodistas censurados, testigos amenazados o "fallecidos en accidentes", pero este caso, por lo mediático de la causa, el alto rango del genocida condenado y la justa dureza de la sentencia, nos causó un conjunción de sentimientos que hace mucho no experimentabamos. Preocupación, miedo, desesperanza e impotencia son algunas de las sensaciones que experimento.
Mientras hacemos nuestras vidas suponiendo que la derecha opresora concluyó su vida un mes de diciembre de 1983, el debilitado pero superviviente enemigo de las mayorías se arrastró, alimentó, creció y sobre todas las cosas se fortaleció. Más de 20 años pernoctamos en los laureles de la supuesta democracia. Bah, quiero ser claro, algunos que hemos tenido actividad política siempre advertimos y denunciamos que la derecha estaba rearmándose, sustentada por poderosos intereses económicos y políticos, encarnados en las esferas más alta del Poder del Estado, pero la mayoría de la gente se desentendió y ahora vemos las consecuencias.
Veía hace unos días un acto en conmemoración a las "víctimas de la subversión". Se observaba en dicho acto a un montón de dinosaurios de tipo carnívoro, con feroz apetito de carne combativa, pero esos son los mismos de siempre. Lo que más me preocupó fue ver muchos jóvenes. No recuerdo si en otra entrada lo dije, pero tuve un gran docente en la Universidad que siempre nos decía: "Con el tiempo todos nos vamos aburguesando, el problema son los fascistas de 20 años..." Que increíble, me pongo a pensar que hay jovenes de mi edad con convicciones tan reaccionarias y trato de imaginar cómo serán dentro de 15 o 20 años. Sin dudas, si no detenemos esta corriente neo fascista vamos a pagar un alto precio político.
Incluso tienen el descaro de citar la libertad de expresión como derecho constitucional. Esa libertad de expresión que ellos mismos y quienes reivindican se encargaron de extirpar encerrando y asesinando a quien quisiera ejercerla. Desde ya insto a las autoridades y a todos los lectores a que traten de impedir expresiones de este tipo.
Algunos tal vez interpreten que no estoy siendo democrático. Les contesto que no puede ser democrática ninguna manifestación que contenga un mensaje o una idea que de alguna manera justifique o reivindique el Terrorismo de Estado. Hacerlo es a todas luces una contradicción. Si están prohibidas y tienen graves consecuencias penales las manifestaciones, propagandas, venta de productos, etc. de todo lo que tenga que ver con el nazismo, ¿por qué no puede asimilarse dicha legislación a este tipo de manifestaciones? ¿Acaso no son casi idénticas? Por supuesto que no pueden aplicarse leyes penales por analogía, pero un poder legislativo democrático podría sancionarlas perfectamente.
Despertemos del letargo, que el enemigo nunca durmió y recupera terreno.
Éxitos

jueves, 28 de septiembre de 2006

Evolución e involución

Sin dudas el ser humano, a través de su razón y capacidad transformadora, ha experimentado una carrera desarrollista impensable, incluso hasta hace pocas décadas. Me refiero sobre todo al proceso tecnológico que hemos tenido, desde la rueda hasta la carrera espacial o la revolución informática.
Todos habremos escuchado frases o comentarios tales como “el hombre no evoluciona, sólo cambia la tecnología”. Sobre esto opino que en parte es correcto, ergo, en parte es incorrecto. Digo incorrecto porque sin dudas la capacidad inventiva materializada en tecnologías que han mejorado la calidad y expectativa de la vidas de los de nuestra especie, es a todas luces una forma de evolución muy importante.
Socialmente, la humanidad ha dejado atrás (al menos en muchos lugares) formas y relaciones económico-sociales que hoy consideramos vetustas e incluso inhumanas. Así, fue superándose la esclavitud (aunque aún exista en muchos lugares casi legalmente) y el feudalismo, para llegar al liberalismo, el cual más allá de ser cuestionado por mí y por muchos más, es mejor que los anteriores, ¿o no?
Ahora bien, la esencia, ese innegable atributo de la personalidad humana, ¿ha evolucionado? Volvamos al tema tecnológico, en los últimos 200 años hemos pasado de las máquinas de vapor, a los motores de hidrocarburos, para acercarnos a los combustibles alternativos. De la correspondencia epistolar, telégrafo al correo electrónico. De extrañas máquinas voladoras, globo aerostático y rudimentarios aviones a los jets supersónicos. Del mosquete a las armas de fuego y químicas. Del entablillado a los rayos X. De la medicina “adivinativa” a la genética. La lista es larga.
Un filósofo decía que la medicina, a pesar del avance tecnológico, en esencia siempre fue y será un “cortar y coser”. Algo de verdad hay en eso.
Ahora bien, si hemos llegado a niveles sólo imaginados en las fantasías de Julio Verne, ¿cómo explicar los horrores que ocurren cotidianamente? ¿Por qué toda esa tecnología que el hombre crea y maneja se pone al servicio de la guerra? Los aviones, los vehículos terrestres, la química, la física, la informática, etc. han sido desarrollados y concebidos como armamento de los países bélicos.
Si usamos toda esa supuesta evolución para continuar destruyéndonos los unos a los otros y los poderosos continúan oprimiendo a los débiles, vuelvo a la pregunta formulada antes ¿evolucionamos en esencia o lo que evolucionó es la técnica que históricamente usamos en nuestra carrera inter-auto destructiva?
En este análisis no puede haber blancos ni negros, pues el gris es enorme. Tal vez algunos vean gris claro y otros oscuro...
Éxitos

jueves, 21 de septiembre de 2006

Paranoia Inquisidora

Hoy vuelve a tocar la banda Callejeros, en Córdoba, después de peregrinar por todo el país tratando de conseguir un permiso para ejercer su profesión. Se armó alrededor de este acontecimiento un debate muy intenso, no se si interesante, pero intenso. Yo analizo la situación y lo que me llama la atención son los fundamentos de las posturas a favor y en contra de que Callejeros vuelva a tocar. Adelanto por supuesto que mi opinión es a favor de permitir que la banda toque y sobre esto profundizaré.
Si bien a veces la realidad me hace dudar, siempre creí que, para bien o para mal, vivíamos en lo que se denomina “Estado de Derecho”. Al menos eso me enseñaron en la escuela y en la universidad. En un Estado de Derecho, las conductas de las personas que lo integran deben adecuarse a las normas que lo rigen. Voy a citar textualmente dos normas que forman parte de nuestro ordenamiento fundamental: la Constitución Nacional. Así, el Art. 18 establece: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos...” En síntesis, todos somos inocentes hasta que un juez, en un juicio penal, basado en legítimas pruebas obtenidas en el proceso y con plena certeza, sentencie que somos culpables. ¿Se entiende hacia donde quiero llegar?
Este sistema garantista, se contraría con el denominado “Inquisidor”, el cual, lejos de erradicarse a pesar de la trayectoria del constitucionalismo, adquiere cada vez más asérrimos defensores. La sociedad se está volviendo loca, vemos en los medios que hordas descontroladas intentan linchar a sospechados de delitos, piden pena de muerte, quieren que los acusados sufran vejaciones en los presidios. Esto es gravísimo, pues un error en este tipo de acción es irreversible. Siempre digo que prefiero un culpable suelto a un inocente preso o muerto.
Puntualmente, en el caso de Callejeros, los padres de las víctimas tratan de impedir que la banda toque, hacen “lobby” con la asquerosa y oportunista dirigencia para que les denieguen permisos para actuar. Los integrantes están procesados, y como son inocentes hasta que un juez diga lo contrario, es inaceptable que pretendan condenarlos previamente, motivados por el dolor inconmensurable de haber perdido a un ser querido. Por esto es que no puede aceptarse de ningún modo en un Estado de Derecho que la gente intente hacer justicia por su propia cuenta, porque sus emociones les impiden juzgar con imparcialidad.
Creo que está más o menos claro lo que intento decir. Ahora pasaré al otro artículo de la norma fundamental que quiero repasar. El 14 expresa: “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.” La norma es clara. ¿Con qué derecho alguien puede oponerse a que esta banda trabaje y ejerza su industria lícita? Las normas que reglamentan su ejercicio serán las que determinan las condiciones que deben poseer los locales, estadios, etc. en donde toquen, pero si se cumplen, no se les puede impedir. ¿De qué quieren que vivan, si son músicos?
A ver si nos tomamos un momento de reflexión para pensar con claridad. Basta de inquisición por favor.
Éxitos.

Poesía Musicalizada

Peces - Las Pelotas

Estamos en el gran lugar,
lugar de fábulas.
Impregnados de sexo
bombas y palabras,
viviendo como bestias,
ensuciando las calles,
rechinando los dientes.

Peces muertos sobre el agua,
sobre el agua.

Estamos en el gran lugar,
elevados alambres,
autopistas recortadas,
monótono gris de carreteras,
excéntricos poderosos
gesticulando ante las cámaras.
Rock 'n roll artificial.

Héroes pidiendo limosna,
pidiendo limosna.

Un juramento,
una mano levantada,
prometiendo a Dios
cumplir su palabra.
Hacedores de destino
llenándose los bolsillos.
Manos abiertas al Sol.

Peces muertos sobre el agua,
sobre el agua...

jueves, 7 de septiembre de 2006

Estado de Naturaleza*

A veces sucede que uno observa hechos, actos o comportamientos que lo llevan a indagar acerca de la esencia del ser humano, tratando de entender el por qué de lo bueno y lo malo que acontece a nuestro alrededor.
Me puse a pensar un poco en las teorías político-sociales, que buscan la explicación de la sociedad, su necesidad y origen. Por supuesto que este análisis es muy escueto y no pretende aclarar incertidumbres por las cuales se han derramado ríos de tinta en afán de explicaciones. Busqué algunos autores clásicos que han tratado el tema. Así, comenzaré por resumir muy brevemente el pensamiento de Thomas Hobbes. Para él, hay dos principios en la naturaleza humana, el deseo y la razón. El primero impulsa a los hombres a tomar para sí lo que otros hombres desean y por ello los pone en mutua contraposición, en tanto que la razón les enseña a huir de una disolución antinatural. Así, mediante la razón la búsqueda de la seguridad se hace más eficaz, sin dejar de seguir la norma general de la propia conservación. En síntesis, en el estado de naturaleza existe una guerra de todos contra todos; el hombre es egoísta y solo piensa en su propia conservación. Lo paradójico es que en ese afán decide y necesita agruparse en una sociedad con reglas que le otorguen protección y seguridad.
Siguiendo la búsqueda, repasaré algo de John Locke. Éste tenía más confianza en la bondad humana. Sostenía que el estado de naturaleza es uno de paz, buena boluntad, asistencia mutua y conservación. Existían según él derechos y deberes morales intrínsecos y que tenían prioridad sobre el derecho. La propiedad era común en el sentido de que todo el mundo tenía derecho a sacar sus medios de subsistencia de todo lo que ofrece la naturaleza. Ahora bien, si todo es tan bueno, ¿por qué los hombres cren la sociedad civil? Según Locke, la mayor producción elevaría el tipo de vida en toda la comunidad. Para lograr esta mayor producción debía protegerse la propiedad privada, y en el estado de naturaleza esto no puede lograrse por la falta de organización. O sea que, si bien difiere con Hobbes en muchos aspectos, ambos estarían manifestando la intensión egoísta de la conducta humana, al decidir formar una sociedad civil. Las ideas de Locke son el puntapié inicial del pensamiento liberal que nutrió las revoluciones Norteamericana y Francesa, pues sostenía que en el momento del "pacto original", la sociedad civil había decidido constituir un gobierno y "todo el poder de la comunidad está naturalmente en él". Existe un derecho de resistencia que puede y debe ser ejercido en nombre de los inalienables derechos de libertad personal, consentimiento y libre adquisición y disfrute de la propiedad.
Dando un salto en el tiempo y en la geografía, iré al pensamiento del ginebrino Jean Jaques Rousseau. Su obra principal es el "Contrato Social", aparecida en 1762. De la amplitud de la obra solo expresaré lo que concierne a la pregunta inicial. Sostiene el filósofo que, por encima del egoismo y más allá de él, los hombres sienten una reacción innata ante el sufrimiento de los demás. La base común de la sociabilidad es el sentimiento y no la razón; salvo para el hombre perverso, el sufrimiento, dondequiera que se produzca, es directamente doloroso. En este sentido los hombres son "naturalmente" buenos.
Mi nivel no llega a elaborar un propia teoría, pero sí creo poder formar una opinión propia, tomando cosas de cada uno de estos autores y de otros que no he analizado. Creo que en la observación pueden sacarse jugosas conclusiones, aunque siempre estén teñidas de parcialidad.
Pienso que nunca existió el estado de naturaleza. Siempre existieron las organizaciones políticas. Desde el momento en que un ser humano ejerció fuerza sobre otro, para que actuara según su voluntad, existió una organización política. Desde el momento en que un pequeño grupo se dividió tareas, entre domésticas, productivas, etc. existieron roles y reglas sociales.
¿Es bueno el ser humano? Hay de todo, los buenos tienen algo de malos y viceversa. Todos tenemos instinto de conservación y pensamos en salvarnos a nosotros mismos, luego a nuestros seres queridos y si nos queda tiempo y ganas pensamos en el resto. Aún detrás de los fines más altruistas existe un motivo egoísta. Las sociedades existen porque existe un interés, primero individual y luego comunitario; buscamos seguridad, protección, crecimiento espiritual, económico, profesional, social. Queremos que los demás progresen, porque eso nos da mayores garantías de que logremos nuestros propios objetivos.
Me pregunto a veces cómo sería una sociedad sin reglas. Imagino situaciones hipotéticas y en ninguna veo que las personas seamos alegres, cooperadores, armoniosos. Observen alguna imagen de una situación de caos incontrolable en una ciudad y se darán cuenta de lo digo. Verán automóviles quemándose, comercios saqueados, gente golpeándose, insultándose, corriendo desenfrenada.
En síntesis, el ser humano estableció reglas para protegerse de sí mismo, de su instinto competitivo, de su agresividad, de su egoísmo, de su destructividad. Veamos cómo está el mundo y concluiremos que muchos resultados no están dando esas reglas. Tal vez sea momento de repensarlas.
Éxitos

*Algunos conceptos utilizados en la presente fueron tomados de la obra "Historia de la Teoría Política" de George Sabine, Tercera edición, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1994.

jueves, 24 de agosto de 2006

Poesía Musicalizada Semanal

Suggestions (Sugestiones) - System of a Down

Mirando,
desde lo alto de un poste alto,
desde donde ves los barcos lejos,
desde un ojo bien entrenado,
todas las olas siguen estrellándose.
Si tu eres un poste iluminado,
entonces dominas a la clase obrera,
pero si quieres las respuestas,
mejor será que ofrezcas una muestra de tu trasero,
ofrece una muestra de tu trasero.

Cuidado,
poste de sugestiones hipnóticas,
la carrera de los barcos a tierra,
la luz naranja que les sigue,
pronto se autoproclamará un dios.
Si señalas tus dudas,
la niebla seguramente te devorara,
pero si quieres las respuestas,
mejor será que te prepares para las llamas,
prepárate para las llamas.

Los barcos se multiplican día tras día señor,
y se acercan a la orilla señor, a la orilla señor,
tenemos que evacuar el poste iluminado,
están por todas partes, están por todas partes.
Están por todas partes.

martes, 15 de agosto de 2006

Ausencia de Estribillo

Así se llama una canción de la banda Bersuit Bergarabat, de la época en que aún me gustaba escucharlos. En dicha canción, el estribillo dice textualmente esas palabras, lo cual puede interpretarse como una falta de ideas para escribir el mismo, o bien como una burla a aquellas canciones que son solo un estribillo pegajoso y el resto es basura.
En fin, esta semana estuve pensando sobre qué escribir en mi blog, y si bien tenía algunos temas dando vueltas en mi mente, ninguno llegó a adquirir entidad suficiente como para tener un corpus propio. ¿No les pasa a veces que de pronto todo ese cúmulo de ideas que tenían simplemente se esfuman? Puede ser por el Stress (pobre stress, se lo acusa de todos los males), la falta de inspiración o simple vacancia intelectual.
Sin embargo, al analizar este impedimento momentáneo para desarrollar una idea específica, reflexioné un poco sobre las palabras , la comunicación y el lenguaje, y sobre todo sobre lo innecesario de ellos en ciertos casos. Otra canción de la banda citada supra dice: “¡Basta de hablar! Acuso que el lenguaje humano desde siempre es inútil, y esta todo mal”. Creo que la expresión es un pocoextrema, pero ¿no les pasa a veces que se hartan de escuchar tantas idioteces juntas? Se nota que hablar es gratis. A veces divago un poco imaginando qué pasaría si todos tuviéramos un cupo diario no transferible de palabras o frases para decir, el cual una vez sobrepasado generara una obligación de pago de tributo por cada palabra dicha en exceso. Tendríamos que elegir cuándo hablar, qué decir, cómo decirlo. Sin dudas tendríamos que hacer un esfuerzo para no malgastar el cupo con pavadas, lo cual haría mas eficiente la comunicación. La tecnología se encargaría del control, mediante microchips implantados...
Mis colegas y yo tendríamos que pagar fortunas . Es que cuando hay que explicar la cuadratura del círculo, apelamos a toda palabra, frase e idea anti redondez que ande dando vueltas. Ni hablar de quienes se dedican al arte de la política. Con ellos, el superávit fiscal alcanzaría para pagar la deuda externa de contado y sin quitas de capital e intereses.
¿Se dan cuanta de cómo he hablado mucho y sin embargo he dicho poco? O tal vez sí dije mucho. A lo mejor, hablando por hablar la pegamos y decimos algo interesante. Decidan Uds. si esta entrada fue tan solo consecuencia de la falta de ideas que mencioné o una ironía a aquellas personas que tienen un buen manejo de la oratoria, y si bien nunca llegan al desenlace, hacen largas y trabajadas introducciones y nudos. Les pido que sean Uds. los que lo decidan porque yo realmente no lo sé.
Éxitos.

miércoles, 9 de agosto de 2006

Poesía Musicalizada Semanal

Agujero Negro de Sol - Soundgarden

En mis ojos
indispuestos
en un disfraz que nadie conoce
escondes la cara
mientes como la serpiente
el sol en mi desgracia.
Calor sofocante
verano insoportable
bajo el negro el cielo
parece muerto
di mi nombre a través de la crema
y te escucharé.
Grita de nuevo.

No querrás
que el hoyo negro del sol
venga y se lleve la lluvia.
No querrás que venga
no querrás que venga
el hoyo negro del sol.

Tartamudeo
el frio y la humedad
le han robado el calor
a mi cansado amigo.
El tiempo ha pasado
para los hombres honestos
y a veces demasiado
en mis zapatos
un caminar dormido.
Y ruego que mi juventud
permanezca.
El cielo envía al infierno lejos
y ya nadie canta como tu.

Sostén mi cabeza
ahoga mi miedo
hasta que solo desaparezcas

domingo, 6 de agosto de 2006

Sueños... de dignidad

Después de bastante tiempo en que el ciclo “Bailando por un sueño” se realiza en la T.V. argentina, y de que se haya convertido en el nuevo suceso mediático y tema de discusión obligada entre los televidentes, que día a día se cuelgan como hipnotizados ante su aparato siguiendo las alternativas, creo que llegó el momento de reflexionar un poco sobre este fenómeno.
Aquellos que habitualmente leen mi blog y más o menos conocen mi perfil, crítico, escéptico y odioso, imaginarán lo que pienso de este programa. Pues debo decirles que esta vez… volvieron a acertar. Me parece un show de cuarta, grasa, deslucido y amarillo. Creo definitivamente que el show es un fiel reflejo de lo que ha sido el estilo del conductor del mismo: un profesional carismático pero mediocre que a costa de ser popular y generar mucho dinero, bajó el nivel intelectual de la televisión y sólo produjo estupideces “seca cerebros”.
En realidad entiendo que a la gente le guste ver bailar a otros, pues es una más que válida expresión artística, que convoca a miles de espectadores en el mundo. El problema se me presenta con lo del sueño. Me parece se ha caído tan bajo, social, económica y culturalmente, que se sueña con cosas básicas, que no debieran lograrse concursando en un programita de morondanga, sino que debieran estar al alcance de cualquier persona normal.
A ver si nos entendemos, todos recordamos las imágenes de Maradona cuando dice que su sueño es jugar un mundial y salir campeón. Uno de mis sueños era ser futbolista profesional o estrella de rock. A este programa va gente cuyo sueño es tener una casa digna, darle a su madre un tratamiento médico para la enfermedad que sufre, y cosas por el estilo. ¡A donde hemos llegado! ¡Esas necesidades no deben ser sueños! Como dijo Eva Perón: “donde hay una necesidad hay un derecho…”. Pero supongamos que aceptamos los sueños, ¿Cómo puede ser tan grotesco un programa de T.V., que lucra con verdaderas necesidades insatisfechas de los concursantes? ¿Qué viene luego? Acá les van unas ideas a los productores del programa:
1- BAILANDO POR UN TURNO, en donde la gente baila y el ganador cumple su sueño de obtener un turno en menos de un mes para que lo vea el médico del hospital;
2- CANTANDO POR LA VIANDA, en este show, el que mejor cante una canción de pop latino, se garantiza cumplir su sueño de poder ingerir durante un año, una comida diaria que incluya las proteínas y vitaminas que necesita por día. El doctor Cormillot se ofrecería a hacerla a cambio de publicidad para su centro de salud.
Por supuesto que hay muchos otros más, el sueño puede ser tener la silla de ruedas, la insulina, tapar las goteras de la casa, calefacción en invierno, etc. Soy una fuente inagotable de ideas. Si algún productor televisivo lee esto, contácteme, podemos hacer negocios, y con lo producido tal vez cumpla algunos sueños.
Lo siento si Uds. son seguidores del programa, es como siempre digo, esta es mi opinión y es mi blog...
Éxitos.

martes, 1 de agosto de 2006

Poesía musicalizada

Mar del Plata - Estelares

Estaba volando ella vino por mi
hablamos de un ángel
del pueblo al que no volví
Qué lejos que fui

Se ve perdido
estoy en deuda conmigo
Me despido con un beso de mi amigo
el rey de la soledad
Que lejos que está

Tengo de todo lo que quieras leer
Tengo en el kiosco hasta viejas revistas de cómo tejer
Que lejos está

Se lo perdido, Estoy en deuda contigo
Me despido con un beso de mi amigo el rey de la soledad
Que lejos que está

Hablemos de todo
lo que fue y lo que será tu vida
A mi me da igual
No me robes ángel (maría)
si quieres nos vamos a Mardel
A navegar o al Hermitage.

Estaba fumando ella vino por mi
Hablamos de todo del pueblo al que no volví
Que lejos que fui

Tengo de todo lo que quieras leer
Tengo en el kiosco hasta viejas revistas de cómo tejer
Que lejos está

Hablemos de todo
lo que fue y lo que será tu vida
A mi me da igua
lNo me robes ángel (maría)
si quieres nos vamos a Mardel
A navegar o al Hermitage.

domingo, 30 de julio de 2006

De piratas y de locos....

Grandes catástrofes acontecen en estos tiempos en el plano internacional, y más grandes aún se avecinarán. Hay muchos responsables, pero es tal vez George Bush quien aparece como es el mayor artífice de tanta destrucción.
Qué se puede decir de un sujeto tan vil: es estadounidense, tejano y republicano, ingredientes de un explosivo cóctel de agresividad, desprecio por el prójimo, prepotencia y destructividad, que trae a mi mente recuerdos cercanos a Adolf Hitler, o por qué no al “Duce” Benito Mussolini.
No sé si todos lo sabrán, pero Los Estados Unidos generan el 25% de los contaminantes del mundo, su potencial armamentístico equivale al de los 5 siguientes potencias mundiales juntas; si todos los habitantes del planeta tuviera un nivel de consumo tan voraz como el de los estadounidenses, los recursos naturales se acabarían en su totalidad en el breve lapso de 2 años. Éstos son simples botones que bien sirven de muestra.
Atento el panorama, el imperio sale a saquear por ahí, en vandálicas invasiones a países débiles, pero que poseen algún recurso deseado por ellos. Inventa supuestos enemigos peligrosos, generando en su gente lo que una banda de rock que escucho define como “la horrible sensación de continuo susto”. Así, asumen un rol de “pacificadores”, poniendo en movimiento su maquinaria nefasta en busca de la paz… ¡que contradicción!
Medio Oriente no les está resultando tan simple como pretendían, no se dieron cuenta de que los árabes son verdaderos valientes, que está dispuestos a morir de pie antes que vivir bajo el yugo occidental, que jamás pudieron ser conquistados por invasores occidentales. Ahora bien, el imperio siempre guarda cartas bajo la manga, y acaba de jugar una muy importante, está generando conflictos entres países de la región a los fines de debilitarlos y plantar definitivamente su nefasta bandera. Su jugada más reciente la estamos viendo con la conducta de su lazarillo, el Estado de Israel, fiel discípulo imperial, a quien no le bastó con heredar de los infames piratas ingleses las tierras que le pertenecen a Palestina, sino que ahora anda despuntando el vicio de tirar unas bombas a sus vecinos libaneses, ¿quién seguirá luego? Veremos que le conviene al imperio.
Pero no va a pasar todo así como así. Están generando un profundo odio que volverá en violentas formas sobre sus dominios, a veces pienso ¿no aprenden nunca? España tuvo que sufrir un atentado espantoso para darse cuenta de que la guerra de Irak no era como jugar al TEG, Italia demoró un poco más, pero aprendió también. Los estadounidenses y los piratas continúan… se nota saben lo que es la guerra.
La historia reflejará si el Imperio triunfa. Pero la historia también nos muestra que todos imperios caen, el persa, romano, ruso, el de los Sith a pesar de tener a Lord Darth Vader, etc. Espero que la vida me de la alegría de ver caer a este imperio americano del norte, el cual sin duda, hará un gran ruido al caer.